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2.Los Centros de Atención Residencial (segunda parte)

Protegidas o revictimizadas: Los efectos del engaño y la privación de la libertad personal

Carmen Barrantes

Publicado: 2017-06-17

2.1.3. De las condiciones del alojamiento 

Como ya se ha señalado, el artículo sexto del Protocolo de Palermo establece específicamente que se debe brindar a la víctima una serie de condiciones que faciliten su reinserción social. Una de ellas es el alojamiento adecuado, sin embargo, las entrevistadas dan cuenta de una serie de limitaciones en las condiciones de los locales que no cumplen con los requisitos mínimos ni las consideraciones básicas normadas por el Reglamento Nacional de Edificaciones (RNE). Este dispone en el artículo 5 que para garantizar la seguridad de las personas, la calidad de vida y la protección del medio ambiente, las habilitaciones urbanas y edificaciones deberán proyectarse y construirse, satisfaciendo las siguientes condiciones:

a. Seguridad (Seguridad estructural, referente al sistema en la edificación. Seguridad en caso de siniestros, acciones y sistemas en casos de emergencia. Seguridad de uso, referente a riesgo de accidentes en el uso cotidiano).

b. Funcionalidad (Uso, que las condiciones del diseño arquitectónico como las instalaciones y el equipamiento garanticen la realización de actividades para las que han sido proyectadas. Accesibilidad, que permita el acceso y circulación a las personas con discapacidad).

c. Habitabilidad (Salubridad e higiene, que aseguren la salud, integridad y confort de las personas. Protección térmica y sonora, de manera que la temperatura interior y el ruido que se perciba en ellas, permita realizar satisfactoriamente las actividades para la que han sido proyectadas, sin atentar contra el confort y salud de las personas).

d. Adecuación al entorno y protección del medio ambiente, de tal forma que se integre a las características de la zona de manera armónica y que la localización y el funcionamiento de las edificaciones no degraden el medio ambiente.

Sin embargo, en tres de los CAR que se ha visitado, no se observa las condiciones esenciales de habitabilidad, funcionalidad y mucho menos de seguridad que el reglamento propone.

2.1.3.1. Habitabilidad

No ingresa el sol, hace frío

En uno de los CAR, las adolescentes son críticas respecto a las condiciones de habitabilidad del lugar, por ejemplo cuestionan que sea oscuro, que no tenga ventilación o que no tenga áreas verdes. Las condiciones de alojamiento no están estandarizadas ni desarrolladas según las características climáticas del lugar para ofrecer confort a sus residentes.

“Qué cambien la calamina de metal por una de plástico, porque no entra el sol, hace frío”. Terre des Hommes Suisse, 2016.

Sin embargo, dentro de los aspectos generales para el diseño de edificaciones para protección social, el artículo 8 de la norma A.090 del RNE establece que las edificaciones para servicios comunales deberán contar con iluminación natural o artificial suficiente para garantizar la visibilidad de los bienes y la prestación de los servicios. En el artículo 9 menciona que las edificaciones para servicios comunales deberán contar con ventilación natural o artificial. El área mínima de los vanos que abren deberá ser superior al 10% del área del ambiente que ventilan. Al no aplicarse esta normativa, se generan no solo problemas de protección térmica e iluminación, sino también de salubridad e higiene, lo que atenta contra la salud de los residentes. Los CAR no están dotados con las instalaciones sanitarias necesarias y si lo están, no se encuentran en óptimas condiciones de uso o no se cuenta con personal para su mantenimiento, reparación ni inspección.

Agua contaminada

“Luego se quejaron de que no utilizan agua potable, sino de pozo, y que está contaminada, que les ha provocado erupciones en la piel y comezones. Nosotras hemos tratado de solucionar el problema del agua, la directora dice que no es apta para el consumo, pero es lo único que tiene”. Colectivo Tarpuy, 2016. Entrevista a Paola Hittscher, Fiscal especializada en el delito de trata.

Uso de baldes en la noche

“Si ellas querían salir de noche tenían que tocar la puerta desde adentro y a veces no se les escuchaba, entonces lo que hacían algunas chicas, era llevarse un balde para orinar”. Colectivo Tarpuy, 2016. Entrevista a operadora de CAR.

Algunos baños malogrados

“Los ambientes en los que ellas están son módulos y en estos están los baños que no tienen condiciones (algunos están malogrados)”. Colectivo Tarpuy, 2016. Entrevista a Paola Hittscher, Fiscal especializada en el delito de trata.

2.1.3.2. Funcionalidad

En la mayoría de los casos, las edificaciones en las que se ubican los CAR han sido diseñadas y proyectadas para otro tipo de actividades, o han sido adaptadas sin conocer/comprender los procesos que se deberán seguir en el CAR con miras a la reinserción social.

Las edificaciones han sido construidas solo para dar alojamiento. Los espacios no son suficientes, lo cual es una limitante y no permite la adaptación de las adolescentes reforzándose “la sensación de estar preso”.

“Porque me costaba adaptarme a un lugar que es muy cerrado (…) Porque acá no llega tanto el sol porque es muy cerrado este lugar (...) que no nos dejaban salir y esa vez justo llovía mucho... Entonces todo el día estábamos adentro y era muy difícil para mí adaptarme”. McCoy, 2015: 127.

a. Ambientes pequeños, sin intimidad

“Era un ambiente pequeño con un patio pequeño, un espacio cerrado para las chicas incluso cerrado para la calle, ambientes blancos pero con muchísimas reglas en las paredes, me di cuenta que no había ninguna privacidad, que por una cuestión de espacio tenían que compartir cuartos, creo que podrían tener puertas en los baños o en las duchas. Las habitaciones estaban llenas de reglas “a esta hora nos acostamos”, “a esta hora tal cosa”. Colectivo Tarpuy, 2016. Entrevista Beatriz Jiménez Tejero, periodista.

“El baño en el hogar son tres muros de cemento y están las duchas y cortinas de baño, o sea no tienen puerta. Los baños no están dentro de un espacio específico, están al medio de la casa, y ellas (las adolescentes) bajan de su cuarto ya desnudas a bañarse… estaba solo la ducha y a la intemperie, la ducha y dos piletas, no tenían casilleros para poner sus cosas (...)”. Colectivo Tarpuy 2016. Entrevista a operadora de CAR.

b. Carencia de espacios

La falta de ambientes hace que un solo espacio sea utilizado para diferentes actividades, desarrollándose varias al mismo tiempo, lo que no solo disminuye el área en el que se desenvuelven las mismas, sino que el resultado suele no ser óptimo para ninguna de ellas.

En uno de los CAR al no existir un espacio privado donde se pueda desarrollar la asistencia psicológica, la profesional optó por utilizar la biblioteca. Luego de algunos inconvenientes, las adolescentes entendieron que cuando estaba la sicóloga se necesitaba privacidad y dejaron de utilizar el lugar cuando la veían adentro, pero este hecho genera una desapropiación del espacio para las otras residentes, que también necesitan leer y estudiar. Finalmente la psicóloga terminó realizando las sesiones en el tópico, pero allí tampoco había espacio para realizar ambas actividades, es decir para que funcionase el tópico y el servicio de psicología simultáneamente.

“En la casa no tenía un lugar privado donde yo pudiera conversar con ellas de los temas complejos, y me acuerdo que me hice un espacio en la biblioteca, pero las chicas entraban y salían, justo una vez la chica que yo estaba atendiendo lloraba, entonces tuvimos que quedarnos calladas hasta que la otra chica escogiera el libro (…) tenía que explicarles que estábamos conversando y, de ahí comenzaron a entender que era un tema privado y ya no entraban cuando me veían, pero era quitarles su espacio. Allí estaban los libros, los juegos y otras cosas más. Luego encontré un espacio de un metro por dos en el tópico, entonces lo separé y puse una mesa y dos sillas, había un poco de privacidad pero no había espacio para poner los materiales”. Colectivo Tarpuy 2016. Entrevista a psicóloga

2.1.3.3. Seguridad

Es evidente la poca intervención de profesionales en la proyección y construcción de los CAR, tampoco cuentan con acciones e inspecciones de las normas de seguridad. Estas están consideradas dentro del Reglamento Nacional de Edificaciones Norma A.090 Servicios Comunales, artículo 10: Los centros deberán cumplir con las condiciones de seguridad establecidas en la Norma A. 130 “Requisitos de seguridad”. Es notable la insuficiencia de instalaciones y equipos de seguridad en los centros. Los riesgos se incrementan por la medidas de seguridad que toman las tutoras para evitar las fugas de las adolescentes. Observando sus prácticas, se llega a la conclusión de que no han sido capacitadas en prevención y atención de desastres.

“Durante las noches, la tutora cierra con llave desde afuera de los dormitorios pero es más un tema para que las chicas no se escapen. En caso de incendio no hay extintores, y no sé si podría abrir todas las puertas para que todas salgamos. La tutora me decía: ¿Y si se escapan? Sería responsabilidad de nosotras que supuestamente las estamos protegiendo, entonces ¿quién tiene que responder frente a eso? Nosotras”. Colectivo Tarpuy 2016. Entrevista a psicóloga

Tomando como referencia algunos de los desastres que pudieran ocurrir como por ejemplo un incendio, no cuentan con el equipamiento necesario y normado para alertar a las residentes, ni con el equipamiento para contrarrestar el fuego. Si hubiese un movimiento sísmico tampoco existen rutas de evacuación y señalización que las oriente, ni se ha identificado cuál es la zona segura. En ambos casos el personal permanente no está capacitado para guiar a las adolescentes y salvaguardarlas (quedando a la espera de los equipos de rescate, que pudieran no existir, cuando se trata de CAR ubicados en zonas remotas). Estas carencias nos hacen reflexionar sobre si realmente estamos protegiendo a las adolescentes o exponiéndolas a mayor peligro.

a. Equipamiento considerando la ubicación

Asimismo, debemos mencionar que el Informe Defensorial expone pautas para el acondicionamiento, diseño, edificación de los CAR. Señala que el nuevo modelo institucionalizador, no debe albergar a una población numerosa, y que los ambientes no se deben disponer de manera rígida ni vertical, entonces se debe cambiar cocinas industriales por cocinas residenciales, amplios comedores para uso de grupos masivos, por comedores familiares y así sucesivamente para lograr ambientes pequeños y cálidos que recreen a los de un hogar, generando pequeños grupos de convivencia que ayuden a brindar una atención más directa, personalizada y familiar a las adolescentes para favorecer su reinserción social. También es importante considerar la ubicación de los CAR en relación a las instalaciones educativas y los servicios de salud, ya que si el CAR está a horas de distancia de los servicios, esta lejanía podría ser un factor que genere contingencias que incluso pueden poner en riesgo la vida o la salud de las adolescentes.

“Una vez llegó una chica que estaba abortando. En cuanto nos contó que estaba sangrando, la llevé a la posta, pero ahí nos confirmaron que estaba en proceso de aborto y me dijeron que estos procesos no se atendían en posta. Tuve que llevarla en un taxi al hospital más cercano que estaba a cuatro horas. Era un día feriado y solo conseguimos un taxista que acababa de llegar de un viaje, contándole toda la situación para que nos llevara. Todo el camino estuve muy asustada por lo que pudiera pasar por la niña”. Colectivo Tarpuy 2016. Entrevista a operadora de CAR.

b. Consideraciones en el diseño

Para proponer el adecuado diseño de un CAR, es necesario que el profesional comprenda y observe de cerca no solo el proceso que viven las adolescentes antes, durante y luego de ser albergadas sino cuál es la ruta que seguirán los profesionales que las acompañan.

Espacio para recibir visitas

“Cuando viene la familia, no hay un espacio donde puedan estar o jugar a algo. Solo las recibíamos en el comedor. Algunas que tienen hijos, tenían que jugar en el comedor, los niños se aburrían, terminaban metidos debajo de la mesa. Para entretenerse solo tenían una sala de televisión y libros pero se aburrían, querían salir a jugar vóley o hacer deporte, pero eso no hay. A veces les hacíamos ejercitarse en el mismo espacio de la televisión, cuando fueron muchas ya no pudimos y perdimos esa actividad”. Colectivo Tarpuy 2016. Entrevista a operadora de CAR.

Espacio para las trabajadoras

“En el CAR habían dos tutoras con las que trabajábamos pero tenían que turnarse cada veinticuatro horas y eso las agotaba, así que a veces tenía que acompañarlas o trataba de hacer talleres de capacitación con ellas para que el trabajo fuera más fácil, pero en realidad estaban todo el tiempo junto con las chicas. Ellas no tenían un espacio en el que pudieran estar un momento solas. Yo tampoco tenía un lugar donde trabajar (…) cuando la casa estuvo llena, tuvieron que acomodarse para dormir en una habitación que estaba muy alejada y, eso hacía que tuvieran que cerrar la puerta de los dormitorios de las chicas con llave por que no iban a escuchar lo que pasara durante la noche”. Colectivo Tarpuy 2016. Entrevista a operadora de CAR.

Siendo el Protocolo de Palermo el referente para las actividades que se deben realizar en el CAR observamos limitantes en la infraestructura para poder cumplirlas, sin contravenir los derechos de las víctimas, las disposiciones como darles asesoramiento e información respecto a sus derechos jurídicos, darles asistencia médica, psicológica y material, así como oportunidades de capacitación y empleo.

Asesoramiento e información, en particular con respecto a sus derechos jurídicos

“Cuando una niña nueva ingresaba, se la recibía en el comedor que era el primer espacio de acceso al ingresar al CAR y, lo que hacíamos para tratar de evitar que las otras niñas hicieran un alboroto cada vez que llegaba una niña, es cerrar la puerta del comedor y eso hacía que la niña tuviera miedo sobre lo que estaba pasando¨. Colectivo Tarpuy 2016. Entrevista a psicóloga de CAR.

“En el momento que llegaban las adolescentes, ellas estaban muy alteradas algunas llorando, otras molestas por que no querían estar ahí, entonces entre lo que tenías que explicarles y recibir su documentación. Las personas que las traían nos explicaban cómo la habían encontrado o dónde, en qué estaba el proceso de contacto con su familia, la niña también escuchaba eso… todo se daba en un mismo lugar”. Colectivo Tarpuy 2016. Entrevista a psicóloga de CAR.

Espacio para la asesoría legal

“Para dar la declaración a veces llegaba al CAR el fiscal a cargo del caso o los abogados de cada niña, y como está ubicado en un lugar lejano, los profesionales, se organizaban para venir juntos para ver los casos, entonces habían dos abogados entrevistando a sus chicas en el mismo espacio y no tenían privacidad. A veces, uno utilizaba el comedor y otro la dirección, pero la oficina de la dirección estaba en el medio de la casa y todas las niñas escuchaban lo que se estaba declarando (…) eso hacía que no declaren por vergüenza porque sabían que las podían escuchar y luego comentarlo”. Colectivo Tarpuy 2016. Entrevista a operadora de CAR.

Asistencia médica, psicológica y material

“Siempre necesitan atención médica cuando llegan, no solo por el hecho de que a veces tienen anemia o heridas no tratadas, sino por el tema ginecológico y necesitan tener un proceso de evaluación y detección de enfermedades de transmisión sexual y de posibles embarazos… pero eso es difícil porque tenemos que llevarlas a la posta y no tenemos personal de salud, y para ser atendidas en la posta deben tener un SIS y un documento de identidad y las niñas llegan sin documentos (…) entonces pasan dos semanas hasta que las niñas realmente puedan atenderse. Cuando llegan a la posta serían revictimizadas en todo el proceso de atención (…) y había que hacer todo un trabajo de sensibilización con todo el personal de salud que interactuaba con las niñas”. Colectivo Tarpuy 2016. Entrevista a operadora de CAR.

Oportunidades de empleo, educación y capacitación

“Teníamos una niña que quería ser cocinera y había estado en la situación de explotación para poder pagar sus estudios, entonces tenía su proyecto de vida, sólo que no tenía los medios para desarrollarlo, por ejemplo si tuviéramos profesores, infraestructura y recursos materiales para que ellas puedan capacitarse en algo que les gustaba, se estaría logrando el objetivo de que pueda dejar su situación de pobreza que la llevó a trabajar en un principio y, a luego ser explotada”. Colectivo Tarpuy, 2016. Entrevista a operadora de CAR.

2.1.4. Asesoramiento e Información

a. No contaban con abogado

La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado. En este contexto la defensa es un derecho humano fundamental (artículo 1 de la Constitución), por eso el Ministerio de Justicia, a través de la Dirección de Defensa Pública proporciona un defensor gratuito a las víctimas que no tienen recursos y que quieran hacer valer sus derechos. Este es el caso de las víctimas de trata. Sin embargo la materialización de este derecho presenta limitaciones. En uno de los centros, en marzo de 2016, se registró que la mayoría de las víctimas señaló que no cuenta con abogado. Es posible que tengan abogados asignados, pero que éstos no las visiten para informarles sobre su caso y que su actuación se limite a participar en diligencias, sin establecer vínculo con ellas. De 19 víctimas, solo dos contaban con abogado (Amhauta/Terre des Hommes Suisse, 2016).

b. Conocimiento sobre sus derechos

“Ante la pregunta: ¿te explicaron tus derechos? “No. Cuando hablábamos de derecho (…) ¿ustedes qué saben? nos decían y, nosotras no opinábamos nada. Calladas nos veíamos más bonitas”. Colectivo Tarpuy, 2016, adolescente víctima de trata, 16 años.

Las adolescentes y sus padres deben conocer que tienen derechos y cuáles son estos. Se les debe explicar cómo acceder a ellos. Es recomendable que esta explicación se realice en el idioma materno de las víctimas y/o de los padres. En Madre de Dios y Cusco, la mayoría de los padres de las adolescentes son de origen quechua y de comunidades remotas, siendo limitado su dominio del castellano. Del contacto sostenido con las madres de dos víctimas, que estaban internas más de un año, se desprende que ambas desconocían que sus hijas tenían derecho a cuestionar su estadía en el Centro. No sabían quién era el abogado de sus hijas (según ellas no lo tenían) y a lo único que atinaban era a suplicar que se les ayudase. El contacto se realizó luego de la fuga delas adolescentes como una respuesta a un prolongado internamiento de 16 y 18 meses. Es importante remarcar que las dos adolescentes tenían familia con capacidad para acogerlas y fueron externadas gracias a la intervención de una ONG. Al viajar a la región en la que se ventilaban los casos de las adolescentes, descubrieron que estos habían sido archivados, y que el Fiscal se había olvidado de levantar la medida de protección que dictó meses atrás.

Existe una relación entre las fugas y la falta de información sobre sus casos. En una reunión sostenida con 17 adolescentes, señalaron con claridad que no quieren vivir toda su adolescencia encerradas en un centro.

“Porque queremos ser libres, caminar por la calle, tener amigos, ser unas chicas normales. Tener amigas, salir, no queremos vivir acá hasta los 18 años”. Terre des Hommes Suisse, 2016. Reunión con 17 víctimas adolescentes.

“Consultada una adolescente sobre el motivo de la fuga de sus compañeras, señaló: “Me dijeron que estaban aburridas, que querían salir, que no estaban acostumbrabas”. De verdad algunas no estaban acostumbradas a estar encerradas”. Colectivo Tarpuy, 2016, adolescente víctima de trata, 16 años.

“En teoría deberían tener un abogado defensor, el problema es que todavía no lo tienen. En la práctica se sigue pensando que los sistemas tutelares son proyectivos y quieren lo mejor para la persona, y se las deja solas. Tienen que tener mecanismos para hacer valer sus derechos incluso dentro del sistema de protección (...) Debe haber la posibilidad de que una persona pueda impugnar cualquier medida disciplinaria que se le dé en el interior. Se les debe explicar bien lo que se está previendo para ellas. Hace varios años cuando hicimos una inspección en el Hermelinda Carrera cuando trabajaba para el Ministerio de la Mujer, encontramos que las arrodillaban sobre frejoles, que las mandaban a un aislamiento en una escalera con un banquito, encerradas. Como todo el mundo piensa que allí están haciendo algo bueno, nadie se pregunta, nadie se cuestiona... Se tiene que tener mecanismos escritos formales para que las personas puedan oponerse y no estar libradas a la voluntad de los que dirigen estos centros. Se supone que deben ser supervisados por el Ministerio de la Mujer. Hay que exigir que la supervisión incluya verificar que las internas están satisfechas en cuanto a sus derechos”. Colectivo Tarpuy, 2016. Alberto Arenas, abogado.

c. Ingresan engañadas

Son muchas las residentes que refieren haber ingresado con engaños y en medio de la incertidumbre y de promesas que no se cumplen. Obsérvese como el niño construye una imagen negativa del policía que interviene para protegerlo. (Ver Asistencia psicológica 2.1.5.2. b).

“Cuando vine yo, pregunté: “Pero, ¿por cuántos días?”. “Una semana nomás”. “Luego llega el viernes, yo ya estaba esperando, ya voy a salir, diciendo, y nada, no salí”. “Pero cuando salga me voy a ir de frente a la comisaría, acusarle al policía por mentiroso. El policía es malo”. Defensoría, 2010: 53.

La misma situación es relatada por las internas con las que nos hemos reunido en dos oportunidades. Insisten en que fueron engañadas por los operadores del Estado sobre el tiempo que permanecerían en el centro, la mayoría señala que se les dijo que sería sólo por unos días.

2.1.5. Asistencia médica, psicológica y material

2.1.5.1. Asistencia médica

La atención de la salud de las residentes constituye una tarea de primer orden. Las víctimas de alguna forma de violencia, daños o abusos, abandono, malos tratos o explotación se encuentran en una situación de riesgo sociosanitario y por ende, necesitan de atención preferente. En el inciso i) del artículo 5 del reglamento de la ley Nº 29174, se establece que una de las obligaciones del representante del CAR es asegurar que los residentes estén afiliados al SIS. Con él se brinda acceso a los servicios de salud a la población que no cuenta con un seguro de salud o a los sectores más vulnerables.

Sin embargo, el acceso al SIS no solo está supeditado a que estén afiliadas a este sistema sino, sobre todo, a que las adolescentes tengan un documento de identificación, lo que muchas veces no sucede. Por otro lado, la atención de las residentes dependerá de que las personas que tienen poder de decisión en los centros estén de acuerdo con llevarlas al servicio de salud. Y su opinión puede estar influida por el prejuicio hacía las víctimas: Una de las fiscales especializadas en delito de trata nos refirió que tuvo que presionar al personal de un centro, con levantar un acta, para que llevaran al hospital a una adolescente que tenía una hemorragia. La tutora estaba mortificada porque se había corrido el rumor de que se trataba de un aborto.

Como se observa en el trabajo de Evelyn McCoy, cuando las adolescentes se enfermaban no solo no se les brindaba los cuidados requeridos, tampoco se les permitía descansar en sus camas, se les alejaba del resto y se les privaba de alimentación. Al enfermarse, lejos de recibir atención, se les trataba como si estuviesen castigadas. Pero el tratamiento que se le da a los derechos difiere de centro en centro, en uno de ellos el cuidado de la salud es oportuno y cuidadoso, lo que evidencia que las políticas públicas están a merced de las personas de turno y que en la práctica la atención no se basa en los protocolos. Por otro lado, dependiendo de la ubicación del centro se pueden presentar otro tipo de problemas, si éste está alejado de establecimientos de mayor complejidad, la atención de las emergencias podría convertirse en un tema que afecte la salud o la vida de la adolescente. Una operadora reveló que tuvo que viajar cuatro horas en un taxi, para trasladar a un hospital a una adolescente que tenía una hemorragia. No existía un protocolo para el manejo de este tipo de casos y tampoco se han establecido alianzas para atender o derivar emergencias o casos psiquiátricos. Revisar sección 2.1.3, inciso d en el que se reporta un caso de aborto. No existía una “caja chica” para cubrir el traslado hacia el hospital (el personal de la comisaría le informó que no la podía trasladar porque no tenían movilidad disponible, ni gasolina. De allí que la operadora del centro pagó el taxi hacia el hospital con su dinero. Este le fue devuelto, pero bajo otro concepto porque el CAR no tiene habilitado este rubro en el manejo de sus cuentas.

a. Enfermas y aisladas

“Cuando se enfermaban, tenían que estar sentadas en una silla alejadas de las demás adolescentes durante el transcurso del día, típicamente sin agua y comida”. McCoy, 2015.

b. Muy bien atendidas

“¿Respecto a sus exámenes médicos?: Claro, siempre nos llevaban a la posta. ¿Qué te revisaban? Dental, de todo. Siempre nos llevaban a la posta así estés mal de la gripe”. Colectivo Tarpuy, 2016. Adolescente víctima de trata, 16 años.

c. Atención oportuna

“Hace 3 o 4 meses atrás algunas niñas se quejaron de que ellas querían ir al hospital y que no las habían llevado, la directora indicó que era un asunto de limitaciones de personal y que no tenían asistenta social, que son pocas las tutoras para la cantidad de niñas albergadas y no se daban abasto”. Colectivo Tarpuy, 2016. Entrevista a Paola Hittscher. Fiscal Especializada en el delito de trata.

Acceso oportuno a un tratamiento especializado

“Hubo un incidente en que una de las adolescentes, que había perdido la mayoría de sus dientes, le daba un dolor de diente fuerte. En vez de llevarla al dentista, la adolescente dijo que la coordinadora le avisó que debería lavarse la boca y no comer mientras”. McCoy, 2015.

“Teníamos una niña que tenía trastorno bipolar diagnosticado en una campaña de salud (…) esta niña también había estado embarazada y había abortado varias veces y estaba haciendo una fase neurótica: “que estaba enferma, que le dolía su pie, que no se podía parar”. Físicamente no tenía nada pero estaba recreando enfermedades, y yo soy psicóloga, no tengo capacidad para tratar trastornos psiquiátricos y muchas de las niñas cuando llegan necesitan relajantes, ansiolíticos al menos por un tiempo. En la zona ni siquiera existe un psiquiatra entonces le das agüita de azahar, harta agüita de azahar o relajante muscular o anti – histamínicos para que pudieran dormir… lo que te pueden dar en la posta (…) Llamamos al INABIF: “tengo este caso (…) necesita atención psiquiátrica, “no tenemos la atención psiquiátrica me contestaron. Ah pero en otros hogares también tienen esos casos y no pasa nada. Mira te voy a dar el número de ese hogar para que te digan que han hecho ellos”, y llamamos y no hacían nada, la respuesta era no hacer nada”. Colectivo Tarpuy, 2016. Entrevista a psicóloga.

d. Condiciones de salud

Es aconsejable que se establezca el control periódico de algunos indicadores que permitan establecer la situación de salud de la adolescente, así como la evolución de sus afecciones. “Después de seis meses en el CAR, la adolescente tenía anemia, sin embargo una operadora del mismo Centro señala que ésta sufría de hemorragias, lo que permite comprender que no necesariamente esta se originó en su alimentación.

“Me llevé a mi hija porque tenía 9 de hemoglobina”. Colectivo Tarpuy, 2016. Madre de víctima adolescente.

e. Falta de presupuesto

“Nos han pedido apoyo para cosas muy básicas, como exámenes de VIH (…) Nosotros hemos financiado los análisis de todas las chicas en dos oportunidades, los exámenes. Nos llamó la atención, yo me resistí un poco para pagar esto porque ellos tienen presupuesto, yo sé que en el INABIF ha habido presupuesto para hacer esos pagos y comprar medicamentos o tienen convenios con el hospital y que están exoneradas de pago, pero en el CAR nos ha sucedido eso”. Colectivo Tarpuy, 2016. Carlo Ghersi, Asociación Tejiendo Redes para el Desarrollo.

f. No se aplica el protocolo intersectorial

El protocolo establece la realización de exámenes de salud al inicio del internamiento, pero a partir de los testimonios queda claro que el protocolo no se cumple. Es importante señalar que las razones son diversas y no siempre dependen del personal a cargo.

“¡A los tres meses recién se dieron cuenta de que la adolescente estaba embarazada!”. Amhauta/Terre des Hommes Suisse 2016.

2.1.5.2. Asistencia psicológica

La asistencia psicológica, junto con la capacitación laboral son dos elementos clave para la reinserción social de la adolescente, pues se requiere de una intervención que le otorgue habilidades técnicas para que se incorpore en el mercado laboral en condiciones más competitivas, mientras paralelamente, la terapia sicológica le permita reinterpretar la experiencia de explotación vivida y redimensionar la forma de percibir sus capacidades. En el caso de las víctimas de explotación sexual, por ejemplo, la terapia les permitirá revalorar la percepción sobre sí misma y sobre su cuerpo y superar los sentimientos de culpa o vergüenza que experimente a partir de lo vivido.

Alcanzar estos objetivos es esencial para prevenir la reincidencia de la víctima. Al mismo tiempo, constituye un elemento de prevención del delito, ya que permite detener el círculo en el que las víctimas de trata se convierten en victimarias al cumplir la mayoría de edad. Estas mujeres, convertidas en tratantes, lejos de ser monstruos que utilizan golpes y amenazas violentas, aprovechan las necesidades afectivas de las víctimas para mantenerlas cautivas mediante la manipulación emocional disfrazada de cariño.

“La dueña te compra ropa, te da de comerlo que tú quieres. A veces te pregunta qué te gusta para decir que cocinen eso. Es bien buena, nos cuida también. Cuando un borracho se quiere pasar, ella nos defiende”. Colectivo Tarpuy, 2016. Adolescente, víctima de trata, 15 años.

a. Barreras administrativas

La presencia de la asistencia sicológica especializada se ve amenazada por factores administrativos. No siempre la sicóloga podrá dedicarse a sus tareas de manera exclusiva porque termina asumiendo las tareas del profesional que no haya sido contratado. En todos los CAR observados, regularmente falta uno. Dos son las situaciones específicas que se han identificado en dos de centros, a partir de las entrevistas realizadas: la de una sicóloga que cumple el rol de coordinadora, no cumpliendo funciones terapéuticas sino administrativas y otra en la que la psicóloga hacía las veces de la asistenta social y de auxiliar de la coordinación, dedicándose a gestionar documentación contable. La misma situación sería aplicable para la asistenta social que suplirá las tareas de la profesional o técnica ausente. También se ha identificado que en algunos casos el problema principal es la insuficiencia de personal:

“Tienen solo una psicóloga para 55 niñas y no se dan abasto, no tiene asistenta social para que gestione los casos. Hay niñas que deben ser externadas y no se puede hacer el expediente porque no hay asistenta social que pueda verificar eso. (…) El problema es grande para las niñas porque hay solo una psicóloga, lo que hace que ellas no inicien su programa de reinserción para que vayan superando el motivo por el cual están ahí”. Colectivo Tarpuy, 2016. Paola Hittscher, Fiscal Especializada en el delito de trata.

“(…) se les informó a las adolescentes (…) que el hogar tiene una psicóloga, y ellas respondieron diciendo que “ella es coordinadora, que para muy ocupada, y que ellas no hablan con la psicóloga porque es coordinadora” (…) “que más para en los papeleos”. McCoy, 2015: 123.124.

Por otro lado, en algunas zonas la selección de profesionales presenta problemas, particularmente cuando se trata de personal requerido para los CAR alejados de las principales ciudades. Dos elementos vuelven más compleja la tarea de reclutamiento: una escala salarial baja y una política laboral desalentadora. El salario de un profesional oscila entre los 2000 y 3000 nuevos soles y los pagos no se realizan puntualmente, pudiendo haber un retraso de hasta un trimestre. En repetidas oportunidades los concursos se deben declarar desiertos porque nadie se presenta. Algunos centros intentan salvar la situación a través de convenios con las facultades de psicología de universidades cercanas y con la colaboración de organizaciones no gubernamentales, pero en regiones como Madre de Dios, en la que el CAR se ubica lejos de la capital de la región, no sólo no podrán hacer los convenios porque no existen facultades de psicología sino que tampoco obtendrán la colaboración de las ONG porque la mayoría se circunscribe a trabajar en Puerto Maldonado, limitándose su cooperación a donaciones materiales o a capacitación.

b. Los retos terapéuticos

De acuerdo a las entrevistas realizadas a dos sicólogos, uno integrante del equipo de un CAR y otro del equipo técnico de una ONG que conoce el trabajo de distintas centros, el accionar terapéutico enfrenta tres barreras antes de poder trabajar con la adolescente la reinterpretación de su situación de explotación. Una es el impacto del estrés post traumático que le puede haber causado el operativo de rescate, otra la pérdida de su libertad y la tercera, la pérdida de su fuente de ingresos. Estos tres elementos constituyen una influencia negativa para su estadía en el centro y para iniciar la intervención terapéutica.

Es preciso mencionar que en esta nueva experiencia (rescate y estadía en el centro), la adolescente se relaciona con nuevas formas de coacción, coerción y engaño. Los medios que aplican las y los tratantes suelen ser, a veces más sutiles y generan la identificación de la víctima con su opresora, con los usuarios, con el entorno explotador, en virtud de la satisfacción de ciertas necesidades que antes eran carencias y que ahora satisfacen con cierto grado de coacción. Es decir, se genera una situación de disonancia emocional bajo la cual la víctima tiende a significar lo que le brinda el explotador como un favor, como una ayuda, como un beneficio, dando satisfacción a carencias que antes -en su lugar de origen y en su entorno familiar- no estaban cubiertas. Esto puede producir mecanismos que distorsionan la percepción que la adolescente tiene de su realidad. Las víctimas suelen no presentar rasgos evidentes de abuso, explotación, maltrato.

En algunos casos suelen ser hostiles con los psicólogos y operadores, no quieren colaborar con los procesos de atención, no aceptan las normas internas y no depositan su confianza en el psicólogo. Esto hace que los profesionales requieran un nivel de especialización adecuado para atender la compleja subjetividad de las víctimas de trata de personas con fines de explotación laboral y sexual.

A lo largo de este trabajo se documenta cómo en los CAR y en el propio proceso de rescate se producen casos de violencia directa e indirecta contra las adolescentes, así como prácticas coercitivas, entre otras. Ante las carencias materiales, la falta de especialización, la falta de trabajo en equipo, las limitaciones presupuestales que complejizan las labores de las coordinadoras, la atención psicológica se convierte en una utopía que se entrampa en intentos de retención, coacción y restricción de libertades para reducir al máximo el riesgo de fuga.

Por otro lado, debemos hacer énfasis en la necesidad de trabajar con la familia, ello implica también disponer de presupuesto, pues las familias de las víctimas viven en lugares remotos, los costos de traslado son muy altos. Hacer posible esta estrategia implica contar con más personal del previsto y con recursos económicos para transporte y viáticos, ya sea para la movilización del profesional que haga el acompañamiento a los familiares que son pobres o pobres extremos o para garantizar el desplazamiento de los familiares hacia el centro u otras dependencias estatales.

Habría que plantear la intervención psicológica tanto a nivel individual (enfrentando las consecuencias psicológicas de la situación de trata: estrés post traumático), como grupal (en su interacción con las otras residentes y con el equipo técnico) y en una tercera dimensión con su grupo familiar, acompañándolo para fortalecer las competencias parentales de quienes ejercen su cuidado. El internamiento en el centro debe constituir una medida provisional, que debe ser la última opción si es que no se logra acogimiento familiar o con algún pariente. Esta última dimensión presenta serias complejidades en tanto se deberá abordar las posibles (y frecuentes) carencias afectivas de la adolescente con su padre/madre o tutor.

Es también fundamental resaltar la participación de la adolescente en las decisiones que le afecten tanto fuera como dentro del CAR. Debe recibir la información sobre su situación, y tener un canal de diálogo permanente con el equipo técnico del centro, de la UIT, de UDAVIT y con su abogado, debiendo articularse la intervención de estos equipos. La situación de trata se caracteriza justamente por el despojo de la subjetividad de la persona, la ausencia de participación, y valoración de sus intereses, opiniones, necesidades. Frente a ello, la respuesta de los centros debe cambiar totalmente esta lógica y no reemplazarla como sucede en los casos descritos. Debe ponerse a la adolescente en el centro de la labor y de la acción. La tarea central está en recuperar su subjetividad, su complejidad como sujeto, aceptando e identificando tanto las cosas buenas como malas; las carencias como las capacidades. El rol del psicólogo es clave para diagnosticar el estado de la adolescente, identificar sus principales dificultades y “obstáculos” en el tránsito de la situación de trata a su camino de salida.

Diagnóstico, elaboración de un plan individual, acompañamiento y generación de vínculo interpersonal afectivo son tareas centrales del psicoterapeuta. Se recomienda revisar las pautas de intervención de la Guía de atención a víctimas de trata de personas en el CAR de niños, MIMP/CHS, páginas 67 y 68.

b.1. Repensando el rescate.

Desde nuestro imaginario el rescate simboliza el momento en el que la sociedad reivindica a la víctima, sin embargo ella no lo percibe así, no solo porque no se siente víctima de explotación sino porque cuando el rescate se produce en condiciones violentas, emocional y físicamente, este se convertirá en su experiencia más traumática, incluso más que la propia explotación.

El rescate, particularmente el producido en condiciones violentas, constituye para ellas un evento perjudicial del cual deben escapar o protegerse tanto porque han sido advertidas por su explotadora de que serán encerradas “en un reformatorio”, como porque en el momento en que este sucede ellas visualizan que perderán sus ingresos y los beneficios derivados del mismo.

Adicionalmente, desde la percepción y experiencia de las víctimas, el rescate se convierte -dependiendo del grado de resistencia que ella ponga- en un hecho traumático porque al resistirse, empieza una espiral de violencia contra ellas que puede incluir que los policías o fiscales utilicen un lenguaje soez y que las lesionen en mayor o menor medida para evitar su fuga. Los sentimientos de ansiedad y estrés posteriores a este evento son el principal síntoma que se deberá atender en el proceso inicial de acogida, superando incluso a los referidos a la situación de explotación vivida. Es importante desarrollar estrategias específicas para minimizar el impacto negativo del rescate y estadía en el CAR. Por otro lado, es pertinente señalar que el nivel de tensión no es igual en todos los casos, depende del perfil de la víctima, si ésta es sumisa, no se resiste, no se intenta escapar y no repele la acción policial con agresión física, el efecto será menos traumático.

“Al inicio están más afectadas por el operativo, por la forma en que fueron rescatadas. Es como si le dijeran “te estoy persiguiendo a ti, menor de edad, porque estás haciendo algo malo”. Lo que yo haría sería mandar a policías varones para que intervengan a los clientes y a policías mujeres para que estén disponibles para las víctimas que quieran contactarse, no las sacaría a la fuerza. Si no se detiene al cliente y solo se llevan a las adolescentes, el mensaje es negativo para ellas. Si se quiere resignificar el rescate, ellas tendrían que ver que los responsables son los clientes y las explotadoras y, no ellas. Sin embargo lo que ven es que los policías las persiguen hasta que las atrapan. Mi coordinadora se preguntaba si habría otra forma de hacerlo, porque se tiene que actuar sorpresivamente, porque de otra manera se podrían escapar, entonces entiendo que todo tiene que ser más rápido y muchas veces de manera agresiva (…) Las golpean, una de ellas vino con una herida y cuando vino su abogada empezó a gritar “a mí me han tratado mal, me han dicho puta, me han hecho caer mi maleta˝. A nadie le importó porque era más importante sacarla de ahí. El mismo fiscal la ha violentado. Ella reconoció al fiscal y le dijo “tú eres el que me has violentado me has dicho esto y lo otro˝. A mí el fiscal me dijo, “por qué no controlas a tus niñas”. A mí me molestó mucho porque cuando tuvimos una reunión con la UDAVIT y la UIT me reclamó públicamente que no controlaba a mis niñas”. Colectivo Tarpuy, 2016. Operadora de CAR.

b.2. Repensando la práctica de la defensa de la víctima

Al ser consultada la operadora sobre si intervino la abogada de la víctima, la respuesta, que nos dio abre una serie de interrogantes sobre la necesidad de capacitar y sancionar a los operadores que dejen a la víctima en situación de indefensión. En el caso de la víctima que habría sido agredida por el fiscal, la abogada del Estado, decidió no intervenir, permitiendo el atropello:

“El Fiscal se disculpó con ella o algo así y le empezó a hablar de la reparación civil que le iba a dar si ella colaboraba. Le dijo que si iba a estar gritándoles a los abogados no iba a tener facilidad para eso. Él sabía que para ella era importante el dinero, entonces lo usó para que no se queje. La abogada (del Ministerio de Justicia) no decía nada, le tenía fe al fiscal, lo que el fiscal decía, eso era lo que tenía que hacer. El fiscal se quedó un ratito con la niña y la empezó a manipular con el tema de la reparación, le dio cifras y todo y la niña “ya está bien, yo no digo nada”. Colectivo Tarpuy, 2016. Operadora CAR.

La operadora que por cuestiones obvias no se quiere identificar, señala que la abogada se retiró cuando el fiscal llegó y que cuando trató de conversar con la abogada, ésta le dijo:

“(…) tu entenderás que es una situación límite, yo no creo que haya pasado eso, eso nunca pasa. La operadora se pregunta: ¿Por qué la niña mentiría sobre eso? … y recuerda que tenía heridas. ¿Por qué no decirle, te creo y voy a averiguarlo? La primera respuesta fue decirle eso no pasa, eso no sucede". Colectivo Tarpuy, 2016, Operadora CAR.

b.3. Los efectos del engaño y la privación de la libertad personal

Las víctimas de trata son separadas por sus explotadores de su entorno e impedidas de contactar con sus redes familiares y sociales previas. Este tipo de experiencia disminuye o anulan su autonomía al no permitírsele tomar decisiones y, en consecuencia las estresa. Sin embargo, durante el proceso de permanencia en el prostibar, encuentran elementos que interpretan como “libertad”. Por ejemplo, no tienen un horario que seguir, nadie supervisa su alimentación, se les da ropa nueva. Al contrastar esta situación con la previa que era de precariedad material, se entiende por qué terminen interpretando positivamente la explotación y no deseen ser rescatadas. Las víctimas son llevadas al CAR con engaños. Los servidores públicos que interactúan con ellas durante los procesos previos al internamiento en el CAR suelen ocultar la información de que serán albergadas y les mienten sobre el tiempo de permanencia.

“Cuando me sacaron, yo tenía todas mis cosas tiradas. Le dije al fiscal que me dé tiempo para juntarlas y llevarlas, y pedir mi pago; pero él me dijo que no, que luego iba a volver nomás. Luego, en la UIT me dijeron que “cuando vinieran mis papás me iba a poder ir. Mi mamá vino pero yo no me fui con ella, le pidieron papeles, yo no entendía por qué no me podía ir”. Al final, me dijeron que me llevarían al hospital y me trajeron aquí. Me dijeron que me iba a quedar dos semanas nomás, pero las demás chicas dicen que no es verdad, que al final te quedas más tiempo”. Colectivo Tarpuy, 2016. Operadora de CAR.

El engaño y el maltrato que la adolescente ha recibido por parte de quienes identifica como socios del CAR, dificulta la formación del vínculo terapéutico con el psicólogo debido a que se ha incrementado su desconfianza de las figuras adultas. Además, la situación de abuso se recrea diariamente, por ejemplo con el encierro nocturno bajo llave en sus dormitorios. El retener a una víctima en contra de su voluntad da paso a medidas como esa o como limitarles la comunicación con sus familiares y decomisarles su dinero cuando ingresan.

En suma, el proceso terapéutico se acompaña de situaciones análogas a las vividas en la situación de explotación, por lo que la adolescente no puede diferenciar/comprender con claridad que las intervenciones realizadas por el personal del CAR tienen la intención de protegerlas. En esta situación paradójica el trabajo terapéutico se reduce, muchas veces, a buscar que la adolescente acepte, sin resistir, su permanencia en el CAR, poniendo en riesgo el objetivo principal que es recuperarla emocionalmente y evitar su reincidencia a partir de la resignificación de su experiencia de explotación. Siendo realistas, no se puede trabajar tantos objetivos en tan corto tiempo y en condiciones adversas. Si no se repiensa el modelo de atención y no se reduce el contexto de violencia del rescate y de la propia estadía en el CAR no se logrará ni evitar el riesgo de fuga ni recuperar a la víctima.

Por otro lado, el objetivo de la asistencia psicológica en el CAR, debe incluir además la implementación de estrategias que promuevan una convivencia afectiva y respetuosa de los derechos de las adolescentes en lo cotidiano. Este objetivo se logrará a través de la orientación y el acompañamiento de la labor de las tutoras. Este se podrá realizar de manera grupal durante la interacción que tienen las tutoras con las adolescentes, o individualmente brindándoles soporte emocional en caso sea necesario, proporcionar una intervención psicológica específica, teniendo en cuenta la carga afectiva que implica convivir tantas horas con adolescentes que no necesariamente son amables con ellas. En ese sentido, se hace fundamental contar con profesionales que cuenten con formación terapéutica específica.

2.1.5.3. Asistencia material

Las limitaciones presupuestales y de personal están presentes en todos los CAR, en uno de ellos no tenían dinero para pagar los exámenes de salud, en otro no tenían para comprar los alimentos por demora en la transferencia de dinero o no había presupuesto para comprar materiales para los talleres formativos o recreativos. Las consecuencias de la escasez, generan tensiones y disconformidad de las adolescentes y crea situaciones conflictivas como tomar comida sin permiso, con las consecuentes confrontaciones entre las adolescentes y las tutoras.

“Hace, aproximadamente tres meses hemos tenido una reunión, dos fiscales, la doctora Vega fiscal de familia y mi persona con las menores, porque había muchas evasiones. Era nuestra preocupación, determinar por qué y conocer el origen de la disconformidad de las menores. Ya habíamos recibido información sobre las evasiones y que las menores no se sentían conformes dentro del CAR. Hemos tenido una reunión con ellas sin la presencia de sus tutoras, de la directora o del personal de CAR. Ellas nos manifestaron que la comida es deficiente, que les han mezquinado los alimentos (...) a una adolescente la castigaron por freírse unos huevos (...) No podría definir la actual capacidad del CAR, pero existe una sobrepoblación, tiene más niñas que lo permitido. Ahora hay aproximadamente 55 niñas y su capacidad es menor (entre 30 y 40). Nosotros trabajamos con el Grupo Multisectorial cuyo responsable es el gobierno regional y lo conformamos todas las instituciones. Como la directora sabe que somos un grupo muy activo de trabajo, nos escribe al grupo de WhatsApp solicitando apoyo, y hemos donado una o dos camas si mal no recuerdo”. Colectivo Tarpuy, 2016. Entrevista a Paola Hittscher, Fiscal Especializada en el delito de trata.


Escrito por

El Estado de la Trata

Investigaciones sobre trata de personas en el Perú


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